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lunes #oraciónincienso 👉 Con la caída de nuestras redes en Instagram y Facebook, publicamos nuestra reflexión en nuestra web, porque el #Evangelio no tiene límites en su anuncio. Con actitud de ejercicio de humildad, nos ponemos en manos del Señor: 🙏En aquel tiempo, se levantó un maestro de la ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?».
Él le dijo:
«¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?».
El respondió:
«“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza” y con toda tu mente. Y “a tu prójimo como a ti mismo”».
Él le dijo:
«Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida».
Pero el maestro de la ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús:
«¿Y quién es mi prójimo?».
Respondió Jesús diciendo:
«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo:
“Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva”.
¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?».
Él dijo:
«El que practicó la misericordia con él».
Jesús le dijo:
«Anda y haz tú lo mismo».🙏.
Si adelantábamos al principio el papel vital del ejercicio de humildad al inicio de la reflexión. Jesús perfecciona la ley a través de un aprendizaje experiencial por parte del maestro de la ley que busca poner en aprieto a Jesús. La parábola del buen samaritano refleja que nadie está exento de la Oferta Salvadora que Cristo nos da a conocer. El ejercicio de la misericordia nos abre la puerta pequeña del Reino, la más grande por la que podemos entrar por muy paradójico que suene; porque en verdad no hay nada más grande que encontrar el Reino de los Cielos en lo sencillo y humilde. El Señor nos llama hoy a ser sencillos de corazón y hacer ejercicio de humildad con quien nos necesita, en cualquiera de las realidades que podamos encontrar:
Padre Nuestro que estás En el Cielo… Amén
Nuestro Padre Jesús de Viñeros, ruega por nosotros
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